miércoles, 20 de julio de 2011

Una partida de ajedrez. El mate de Legal

Caballo negro E4, alfil negro F2 y he aquí el simple mate de legal, simple, rápido, y aplicable a los inexpertos que se sientan frente al tablero de las 64 casillas blancas y negras y que no saben a quién tienen sentado en frente. A estos inexpertos jugadores, que al desconocer sus verdaderos conocimientos en el noble arte del juego de mesa más complicado de la historía, creen que con la simple maniobra de saber mover las piezas ya son capaces de moverse en el tablero. Cometen dos errores básicos, uno el no tener conciencia de sus limitaciones y dos, el desconocer la maestría del oponente.
Aquí, el novel se lleva su primer mate de Legal y toma conciencia de que sus limitaciones son tan grandes como sus desconocimiento. Los listos se lamentan, cogen el libro y el tablero y se ponen a aprender. Los torpes cogen el tablero y repiten el movimiento 1.000 veces hasta que se lo saben de memoria, sin darse cuenta que existen 1.060.000 variables más y ellos solo han aprendido una de ellas y la más simple. Las complicadas se aprenden estudiando, no repitiendo.
Algo así esta pasando en nuestro pueblo. Un ajedrecista novato se ha sentado en la mesa con un maestro y éste hábil le ha abierto el flanco derecho para que entre en él, y el novato, sin darse cuenta de la trampa ha caído en ella y encima regodeándose de que el contrario es tan torpe que le ha abierto una puerta sin darse cuenta y él le va a dar un jaque grandioso. Pobre iluso, el flanco al que podemos llamar mancomunidades le ha hecho descuidar su defensa frontal, y por ese sitio el maestro va a provocar el famoso mate de Legal que solo lo sufren los incautos y despistados.
Ahora que ha entrado en la senda de las casillas centrales no le va quedando otro camino que dar una pieza detrás de otra para evitar un mate que se le viene encima irremediablemente, y al final tumbará el Rey entregandose a su vencedor y levantandose derrotado de la partida.
El maestro consigue todo su premio y el aprendiz se queda con uno menor en forma de emolumento por alguna que otra asistencia a esas tan festejadas mancomunidades y que lo cegó al inicio de la partida.
Fin de esta parodia real que se esta poniendo en evidencia en este momento en Castilleja.

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